sábado, 4 de septiembre de 2010

Bestial esencia...

El llanto, una utopia insaciable de esta enfermedad imaginaria, en donde ríos de vértebras, lamen tortuosamente el exilio de mi citoplasma. Huye despavorido en el verano del 98, para ver si es necesario no guardar la pasión fatigada, y negar, negar, negar lo escuchado, en un día como hoy, en que no se siente nada, y nadie será salvado.Por que la ansiedad es el karma y el efecto, pido disculpas, perdón, mentira soy valiente como un grano de hielo sobre esa madre, por la que no perdí las palabras, ni el ritmo natural de un natural homo sapiens, ahora se aleja por las líneas trazadas por el progreso, macabros resultados de una revolución, se aleja dejándome tan cerca como tan lejos de una simple y poco probable metáfora, en que si escupo al cielo no hay nada que pueda sostener mi sustancia entre esas dos nubes y un poco de cielo, día de viento y amor apacible por las cosas buenas, me sonrío en una casa que la hago mía, como nunca antes hice mía las cosas, por que, lo que regurgito de mi más opaca y bestial esencia, son alaridos crónicos, no del dolor existencial, cobardes moradores de los sueños de cabras come sapos, no, es un estruendo espacial, el de conocer una verdad, una verdad, tan improbable, que su fisionomía en estos tiempos Amodernos, es inexplicable. No saben cuanto lo lamento, por el momento.

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