Creer en los oasis...

Solo dos peligros seguros, serán capaces de distraer al otro criminal de su sordera, solo un seguro y sediento tartamudo, vera las gotas de tu risa, maléficos pregones. Ahora me distancio del mundo abstracto y vuelvo sin botín a las orillas de los fantasmas, agrietando las nubes de arena, donde llueve espanto sin nylon, una mala canción, de artistas que falsean hasta los limites de una mala pesadilla, ¿que saben de horror si su mayor preocupación es follarse el alma?, una mala canción, destinatarios de postales con gonorrea, sidosos del pensar, lentos pero inseguros, ¿hasta donde? por que hasta cuando seria creer en los oasis, ¿hasta donde alcanzaría mi piel a expandirse si el otoño fuese una estación del año?.

¿Qué pasaría si la nada es mi mujer? ...

Bueno te cuento algo, en realidad no quiero contarte nada, nada de nada por que nada, es nada por definición, pero que me la chupe la RAE. ¿Y si la nada es mi mujer?, ¿a? ¿Qué pasaría si la nada es mi mujer? bueno lo primero que haría la desglosaría línea por línea hasta crearle su propio universo, de definiciones múltiples y vocablos estrepitosos, en el que ella se encuentre deseosa y pendiente de cada verso, pero de cada verso, que nos hará perdernos en un racconto sublime en el que Mozart envidiaría nuestra magnificencia en la creación de Adán, en el que yo soy Miguel Ángel, ella un coloso, y Dalí un vanidoso alejado de las letras, pero solo con el fin de no volver a juntar nuestros cuerpos el muy desgraciado. Viajero frente al mar de niebla, por que soy porteño y se amar mierda, que se mueran todos con sus verdades puesto que mi gran verdad que morirá conmigo, es que mi mujer es la nada y nada seguirá siendo por los siglos de los siglos sin que a nadie atormente u haga padecer, o que la tortilla se vuelva también improbabilidad probable y gimoteemos para que la nada, sea la bandera de sus calzones, en un porvenir lleno magia. Es su vida, que empapa la mía y hace que la definición de su estatura, diámetro y metro espiritual sea mi única y verdadera verdad, ósea nada, de nada y la nada me hace tan feliz.

Amueblados con pensamientos quemados...

Hoy desperté sin dormir, ¿así se dice? Se tantas cosas que desconozco las más simples.Ella me dice todo va estar bien, tu imaginación hace de ti un perdido cariño, y yo le creo ¿por que no he de confiar?, si su templanza baila con su confianza a usanza de rancios postigos en la amada y rendida añoranza, estos despoblados y amueblados con pensamientos quemados miran feo, yo volátil llama, tomo la micro, siendo un escolar en el viaje de un hombre, pero luego, luego ella me pregunta ¿temes a volverte loco? Otra mujer, ¿dices la verdad siempre? La misma mujer ¿la misma mujer? y yo le respondo;(¿a la misma mujer? que retumba las venas en las raíces de mi coronilla, una pitilla de una cueca desentona, envalentona, esa es mi mujer mierda bien achora.) verdadero, que falacia, que falacia, tan falaz, Fa la fa la fa la, de repente así súbitamente me besa, y yo impávido, como a dos segundos de una muerte segura , descubrí el sentido de la vida, pero no entiendo nada por que, el que no siente esta perdido, y así llore en el alma de mis pares, mis compañeros, como un juguete rastrero, pedante, escrupuloso y vulgarmente honesto, que envidia sintieron los que no planearon el pantano de mis cartas, pues la madera es tan acuosa, sin embargo mi mano es mía y eso es lo que me tiene más tranquilo.
Lo siento y no seas ridiculo sentir es mucho mas amplio que el lamento. todo los dias se aprende algo nuevo.

Vuelve mañana por hoy...

Desde lejos no, desde cerca no, nada parecido a la realidad, es que no me basta cuando se trata de las ondas que emanan de tu sonido, no necesito nada coetáneo o parecido, me sobran las sobras y me faltan las calles, en donde los paredones trasluzcan tu fina lealtad, hacia la pasmosa palabra amor. Las nebulosas se han de abrir, vaciando sanguinarias hecatombes, solo por el rastro que dejan tus pinzas en mí, es la extrañeza que siente un extraño cuando no lo es. Vuelve mañana por hoy, que ya te tuve y ayer te extraño, ¿que lo diga el tiempo?, me río, lo digo yo, te amo.

Engendro de la moneda...

¿Como transmutar los colores para que así nuestro legado sea eterno, y crear la sensación de un mundo sublime? . Las utopías ya no existen, son para los bárbaros, hombres vestidos de hombres, transexuales del sexo, asexuados del tiempo y mujeres desnudas sin miedo. La catarsis catártica cartesiana es: lijar las tuberías del viejo sueño aguado, torcer hasta el punto del quebranto a las pesadillas de un desdoblado torso, sonreír a la mal aventurada peripecia y en un pulmón a dos segundos y medio, de la trizadura en un pie sin compás melódico para un exuberante ocaso parodiado, mirar a ese, a ese mismo, que no te siente y se extravía en las líneas de acuarela, ese, ese mismo, retratista, delineante de una palabra tan descomunal, que la orbita tendría que ser un delgado proverbio encerrado en una verdad ante una verdad, para poder distar al eclipsado engendro de la moneda. Como lo sospeche, la respuesta es tan sencilla.

Es tuya a eso de las doce...

Sol a carcajadas verdes como cimientos olvidados, círculos de espuma en una banca solitaria, gritos que revientan en el polvillo de tu sesera, en ruinas la crisis de la retórica y bla, bla, bla. Fundido en un espacio entre lo que vez y lo que crees, la escapatoria es sencilla creer en lo que vez, para que así la pavoneosa realidad sea tan ella, como esa mujer, que es tuya a eso de las doce.

Somos pocos pero locos...

Somatizando mi vida, haciendo de esta la extensión de mis deseos. Dos niños en combate, creyendo en sus palabras, los mejores actores. Avanzando entre ayeres, allá somos más que nuestro sentir y que nuestro pensar, somos los que somos y los demás, irreverentes queridos, muchas gracias pero no. Por la mañana ese sabor a mente o tal vez es a cerebro, no se, me lo bebo y existo, pensé que estaba solo, pero no, somos pocos pero locos.

Una mentira...

No le robo las verdades a nadie.

Amante del epitafio de tu cordura...

No hay puertas en las salidas sin filtro, tal vez solo te degrades en el oxido de aquel panal. El yugo en su estrella solitaria, no morderá al sublime espectro atemporal, dueño de la lucidez y amante del epitafio de tu cordura. Guarda y no escatimes en callar al soliloquio cutáneo, que ni todo los molinos del mundo, te harán soltar la columna bífida sobre el pendón de tus cayenas rotas. Presenciar absorto, la estrepitosa caída del universo fragmentario, sin verso, es hundirse, pero no es el prozac, es tan solo magia para los que si creen.

Cataratas de cuarzo...

Sentado sobre mi imaginaria verdad, rodeado de intangibles disparos, me esmero por no burlarme del ardor pasajero que flamea disputándose el trono. Cataratas de cuarzo, en un mar de asbesto, relinchan piedad a la línea. No tuerzas el calibre del chasquido, que llegara el momento, llegara el momento.

Salvar al mundo del horror...

Violencia, genocidio interno, sacudida de nudillos, podría estar escribiendo toda la vida, lo que dure esta, mentirosillos fantasmas y opio podrido. Como alteran mis sentidos hasta desviarlos torcerlos y desconocerlos, mentirosillos fantasmas, como quebrantaron mi inocencia, y transformaron mi dormir en un vaivén insustancial, a la conchesumadre el tronco putrefacto, es un echo que el casquillo en la nunca es una consecuencia de un deseo profundo, profundo, oscuridad en la oscuridad, (ya oí esto antes), leve haz de luz, en la luz. Para aniquilar toda posibilidad de escape, el plástico fundido será tu cobijo para salvar al mundo del horror, ¿a que hemos llegado?, ¿a que he llegado?, a nada, ¿eso es una respuesta o tan solo un concepto desdibujado del óleo en tu boca?. La consigna es la siguiente; Salvar al mundo del horror, si te beso te amo, salvar al mundo del horror, si te veo te amo, salvar al mundo del horror, y si no quedase nada ni siquiera tu para amar, salvar al mundo del horror.

BRAMAR...

¿Por que bramar al lívido escandalizado?, por tu dechado margen, zurrado por el diluvio intimo entre tú y tú, ¿respuesta?, jamás. Temblores y obviar lo esencial. Más termitas en las cavidades internas de las conexiones permisibles por mi juicio. Culpable de volar y cerrar los parpados lo más profundo posible, culpable de desear, con toda la extensión de sus silabas, exprimiéndolas hasta la extinción del humo de su tinte. No perderé ni seré derrotado por mis sonrisas, ni te arrastrare hacia donde nada importa. Venderé desesperación y seré un millonario en del dolor, deben aprender que en el sufrimiento no hay nada sublime, agradezco esas palabras. Me despojare de la libertad como tantas libertades antes, destronando a la muerte de su lucha, y mi brazo izquierdo desarraigado de mi conciencia, se desadormecerá, para que con su fenecer nazca en el goce y el regocijo de un mañana bañado por el pavimento seco.

Fin...

Tu silencio es la mejor poesía que me puedes hacer sentir y que te puedo dar.

Nada...

Eres la palabra que nunca podré decir por que esa palabra no existe.

Danza impalpable...

Cada vez que te sigo sobre el techo, perplejo y ahogado en mí deseo, te pierdo pero solo por la distancia entre tú y el tifón de tus faroles, más que un mimo, es la lisonja en mis filamentos, que me hace con vehemencia perderme en el margen de la insania y jadeante sutileza de tu dorso, que la arena arrastre tus dedos hacia mi y yo con el piélago de tu retina, seguiré exhalando hasta fundirme con tus respiros en una danza irreal, impalpable, en que nuestras entrañas solo tendrán que seguir la mudez de nuestra voz.

Espejismos binarios...

Hoy las noticias llegan a mi puerta y me abandono, al umbral imaginario de tu desfasada imagen, quizás divisemos a lo lejos, el color del sonido y nos mimeticemos con nuestra afonía. Agonía mujer, agonía, afonía, calma y agonía, agonía, afonía, calma y agonía al despertar y no estar, de dormir y vivir de los sueños, que son solo un tercio de tus ojos, y nuestra capacidad onírica es un fraude, una punzante sonrisa, que seria capaz de abrirte de par en par con tal de ver la libertad pulsante de los mendigos del habla, vómitos sin sarcasmos, vacíos aglomerados pasando la puerta a la derecha y luego al fondo a la izquierda, caballero. Que se raje el firmamento, si lo se, es un grito al mutismo, y al impío sentimiento, lleno de sentimientos y sentimientos, vamos corramos sin risa en el abanico, pues la prisa la llevan los perdidos, seamos valientes con nuestro presente que no es pasado, ni futuro incipiente, ahora mismo sudo mierda en mis palabras, acabadas , perfectas , imprecisas e innecesarias, es decir nada sobre la nada, bajo la nada, tras la nada, espejismos binarios. ¿pero que si después del viaje solo queda volver?, ese hombre que no esta en mi mente, si no todo lo contrario esta en la iris del intransigente, jamás avanzo un paso en su modorra, solo su desvelo le sostuvo el aliento insensato hambriento y barato. Solo quiere, solo quiero, arder en los confines del pensamiento mas difuso y ser libre, pero mas que todo quiero vivir. le respondo ahora que no escribe, no hay espacio infinito solo una estacion terminal, y ella, que es silencio, en silencio te vera.

Olas vendidas a mi conciencia...

En la arena negra, tres jinetes negros vuelcan sus colores en la arena blanca. El arrebol me sienta en sus sienes trasquilando mis venas, no es la pena, eso es historia, otro cuerpo, otra condena. Es el musgo en mi cabeza, que retumba como olas vendidas a mi conciencia, y este solo tranza al calipso vertiginoso de una horda de hormigas furiosas por ti.

Donde encalla el paréntesis de tus mariposas...

Tus ojos empañados al despertar, en la curva que es siempre incierta, tu por aquí, tu por allá, pero nunca eres tu, soy yo, en la incomodidad del zig-zag, se interrumpe todo, principio y final de una idea flotante. En una cancha de tierra desfila el fascismo, pescando flashes y containeres obviando al paraíso, que de rodillas tiene ojos de caleta, por ahí donde encalla el paréntesis de tus mariposas, por aquí, por allá, pero nunca soy yo, eres tu.

Auxilio en un día de amor...

Giran pequeñas esperas de dicha, mi alegría, no esta dicha ni redicha, es tan solo migajas de hombres, lagañas y suspensión pura e inmortal. La laguna esta en un colapso hibrido, en un mar anaranjado de un ciego de mentira. Persiguiendo a una mujer sin vida, están las faldas austeras. El rocío de tus pasos, es más que la oscuridad oxigenante, es auxilio en un día de amor.