domingo, 8 de agosto de 2010

BRAMAR...

¿Por que bramar al lívido escandalizado?, por tu dechado margen, zurrado por el diluvio intimo entre tú y tú, ¿respuesta?, jamás. Temblores y obviar lo esencial. Más termitas en las cavidades internas de las conexiones permisibles por mi juicio. Culpable de volar y cerrar los parpados lo más profundo posible, culpable de desear, con toda la extensión de sus silabas, exprimiéndolas hasta la extinción del humo de su tinte. No perderé ni seré derrotado por mis sonrisas, ni te arrastrare hacia donde nada importa. Venderé desesperación y seré un millonario en del dolor, deben aprender que en el sufrimiento no hay nada sublime, agradezco esas palabras. Me despojare de la libertad como tantas libertades antes, destronando a la muerte de su lucha, y mi brazo izquierdo desarraigado de mi conciencia, se desadormecerá, para que con su fenecer nazca en el goce y el regocijo de un mañana bañado por el pavimento seco.

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