miércoles, 29 de septiembre de 2010

Palabras de concreto...

Si supiera lo que es la felicidad, si supiera como morderla y hacerle el amor, los deseos son mentira, deja de apuñalarme con tus palabras de concreto, que duelen como una despedida entre pasajeros de las 11, si miento no es por ser impar si no que tanto te soñé tanto te soñé, soñé, deseo, con deseo y con todo el poder que creo que tienen mis pensamientos, mi pecho si es que de corazones hablamos, no conoce tus venas ni tus coágulos y vierto pena por que de eso se trata lo que esmero sobre el cobre, estallen ahora, que es el momento de doblar, mueran que es el momento de brillar bajo las miradas sin maestros, hay no me dejes, que me duele, ¿que más le puedo entregar a los cerros en los que siempre camino?, si estas al otro extremo y mis lagrimas no te mojan y nunca, nunca mi amor te secara, dejémonos que si vuelves, no te tocare para hacerte daño, por que mas vibrante es tu hasta nunca, como duele la mierda, como duele. Déjame amarte en mi cobarde lejanía, déjame amarte, pero déjame y tu como siempre, que bien lo haces.

El fogón de las vidrieras...

Más no digo nada que pudiese tener relieve para adormecerte, y que no cambiara tan súbitamente el semblante de tus vértigos, apretado por dentro entero como un casillero matutino, déjame con mi zozobra, que no quiero llorar, sin antes haberte envuelto en aluza, y quemar el fogón de las vidrieras, sobre estantes con cayos de mimbre, para los contorsionistas de mis negros cristales pasado las horas de sueño, al otro lado tus peldaños de oro, cobran con cuerpo el dolor anímico, transformando las inventivas en cofres puntiagudos de esquinas circulares sin dejarme sentir tu forma caótica, caótica de volver cayendo aplastada dentro de todo lo que no miras, porque no me miras. Déjame en lo que hay después del silencio que ya lo entendí, ya nos pasamos las manos, ya nos comimos las caras y ya somos, el amor es algo tan improbable, que hablar de el es casi tan certero como no hablar de el. Déjame en lo que hay después del silencio, así quizás lo digiera mejor, espero que no.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Amor en alta tensión...

Mi risa no exige más esfuerzo, puesto que me enseñaste a vivir, bien apretado el iris en una pieza, desmantelando lo que el más alto porcentaje no siente, como porfían el curso normal de los objetos que pueden ser amantes sepulcrales, no cambio nada, no tengo miedo, puesto que me enseñaste a vivir, para el amor en alta tensión, para tus pensamientos que desaparecen uno tras otros hasta disiparte en tu propio espanto, me gusta tanto no desearte, como el resto, no describirte en una progresión que necesariamente tenga que terminar en un clímax, bazofia, y aunque desconozco tu final, tu estancia, paradójicamente sonando entre dos cuerdas sin ritmo, te sigo, puesto que, tú con tus cortes, me enseñaste a sentir.

Recuerdos de piedra...

La alegría llena los pasillos, la puesta de niños en lo alto, hacen mirar para atrás en tu frente y perder el rostro, girando hacia tu pelvis recobrando la alegría, si el diminutivo de edad nos hace sonreír con razón, aunque no se escuche nada de nada, la valentía serena de estos tiempos me mece de estela en estela, quizás me quede mansito en algún caballo, en una carretera de tierra con ese olor a recuerdos de piedra, donde mi admiración no cojeaba y mi melodía no sufría por haberse enamorado de la fama, casi 22 años después del antes de ello, bailo a paso reclinable, bailo con la sonrisa de codo a codo, bailo en una canción que no se escucha y que no existe pero la siento en mis viseras y aunque me vean y no sientan nada, dentro de mi, estalla el mundo. Bis por siempre y para siempre.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Partículas de hombre...

Exige de mi la gloria, la admiración y la presencia de un solemne, inmortalidad de un sin nombre, que llene las necesidades de toda la humanidad, como lo hago es como lo intento, pero suelo encontrarme con que su respiración me molesta y no deja concentrarme, son esas partículas de hombre, de terrenal que me mantienen alejado lo más lejos del silbido, por que si lo que espero de mi no es de nadie, no me atormentes con tus adjetivos, ni tus pareceres a medias, que son tan disolubles como el momento que dejo de existir, es lo que me hace feliz lo que me entorpece, es lo que sin querer poseo y no visualizo, me enloquece. En un panteón de lesbianas famélicas, reino de los placeres desorbitados, se encierra en la cúspide la tortuosa jineta del capitán de un navío sin velo, Otro mortal entre submorales, que cree en tierras fértiles sobre cadáveres mórbidos, no más lejanía para los del metro veinte, que habrán sus piernas si es que es necesario, por que la felicidad enloquece hasta al más irrisorio u endeble, tal y como las palabras protuberantes de una cualquiera, que miente, me miente, como todos, me enloquece.

jueves, 16 de septiembre de 2010

inanimado crucigrama...

Son solo palabras sin importancia
Son solo lo que son sin saber cuanto las admiro
Son solo parte de mí como no son parte de nadie
Son solo un momento de gloria para que me amen y no
Son solo envidia, dolor, amor, egoísmo y soledad.
Son solo plagios mal expresados.
Son solo una burla al aire
Son solo falta de amor.
Son solo pasado y pasado.
Son solo presente y pasado.
Son solo la misma mujer y pasado.
Son solo la misma emoción
Son solo mi existencia hasta su última gota.
Son solo lo que siempre sueño
Son solo lo que siempre temo
Son solo lo que siempre amo.
Son solo lo que nunca veo
Son solo lo que nunca tengo
Son solo lo que siempre deseo
Son solo mi admirable fanatismo
Son solo la pésima persona que soy
Son solo mi disfraz de muerto.
Son solo el odio incontenible
Son solo todo y todo
Son solo todo y todo
Son solo más de lo que creo.
Son solo más de lo que no son
Son solo lo que escucho y lo que temo.
Son solo es que no creo
Son solo sin querer
Son solo con apego
Son solo con distancia
Son solo cuando vuelvo
Son solo lo que no me salva
Son solo lo que debo salvar
Son solo mi disgusto
Son solo mis amigos que no tengo
Son solo mis lágrimas de felicidad
Son solo tanto y muy poco
Son solo un son sin pregón
Son solo mi música de mentira
Son solo mis verdades sin decir.
Son solo mentiras bien sinceras
Son solo perdida de tiempo
Son solo mi juventud
Son solo del tiempo mi juventud
Son solo perdida del tiempo y de juventud
Son solo que me hace ser
Son solo lo que nunca existió

Son eso y tan otras pocas cosas que, mi minuto de mentira absoluta y despotismo hacia lo que creo, me deja negarme y volver a mentirme ya tantas veces, que se siente como si la vida fuese una decisión sacada de un cesto sin borde, y lo que le sigue al fondo del inanimado crucigrama , son tan solo, las más hermosas palabras, dichas jamas. Aun sueño con ello.

El fin de los Elefantes...

Ayer en una cabina telefónica, me hice el amor, mientras todos se desplumaban, yo, no sentía nada. Me olvide de los lápices, que son como estacas en mis intestinos, me olvide de mi Rut, que es la división de la mitad de mi, y la otra cuarta tres partes de mi otro mi fa sol la si re do re mi, se caía a pedazos por detrás de las idénticas miradas de los papeles anexos, que se extravían en una cúpula casi interminable de diminutos grillos sin suerte y espesos, casi tan tartamudos como la muerte, que no es la misma visión de un indigente mal humorado, si no un mar repleto de fascismo y una costa de vainilla, bajo la superficie, afuera de las planicies litorales de cemento, estrépito Edipo gusano bonito, bañado con salmuera para librar los males que no existen, percibe a una caballeresca muchedumbre en una ciudad de mercurio, rodeada de fálicos relojes e inconciencia, esa bella y malograda inconciencia, que culea con los sueños y los hace desgranarse como labia estomacal, en un paladar movedizo succionado entre gangrenas, para ver el fin de los Elefantes en los mismos, no floteo contigo maricón traga migo. Descabelladas son las posiciones que nos ponen en ciertos verbos, sin embargo, la pereza más grande es no saber moverse.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Bestial esencia...

El llanto, una utopia insaciable de esta enfermedad imaginaria, en donde ríos de vértebras, lamen tortuosamente el exilio de mi citoplasma. Huye despavorido en el verano del 98, para ver si es necesario no guardar la pasión fatigada, y negar, negar, negar lo escuchado, en un día como hoy, en que no se siente nada, y nadie será salvado.Por que la ansiedad es el karma y el efecto, pido disculpas, perdón, mentira soy valiente como un grano de hielo sobre esa madre, por la que no perdí las palabras, ni el ritmo natural de un natural homo sapiens, ahora se aleja por las líneas trazadas por el progreso, macabros resultados de una revolución, se aleja dejándome tan cerca como tan lejos de una simple y poco probable metáfora, en que si escupo al cielo no hay nada que pueda sostener mi sustancia entre esas dos nubes y un poco de cielo, día de viento y amor apacible por las cosas buenas, me sonrío en una casa que la hago mía, como nunca antes hice mía las cosas, por que, lo que regurgito de mi más opaca y bestial esencia, son alaridos crónicos, no del dolor existencial, cobardes moradores de los sueños de cabras come sapos, no, es un estruendo espacial, el de conocer una verdad, una verdad, tan improbable, que su fisionomía en estos tiempos Amodernos, es inexplicable. No saben cuanto lo lamento, por el momento.