miércoles, 29 de junio de 2011

Sucia la vajilla...

Me gusta la noche, las botellas, la locura, pero esa de verdad, no la con risitas, la otra la sórdida y la macabra esa que te mantiene atento, contemplando una misma idea durante mucho tiempo, pero esa idea no te interesa para nada, un extraño intereses se despierta en tu vida y levanta una pesadilla que vino a dormir desde antes que tu nacieras, para comerte la conciencia y no dejarte caminar por sobre el agua, como una víbora salida de una manzana que roe un árbol sin raíces en el medio de la nada, debajo de todo y por encima de mi, en un espejismo ví la luz, que en el vidrio salía a correr sin oportunidades pero conocía el final, lo conocía, el conflicto del tercer acto es que no se conocía bien a el mismo, era un espejo sobre un vaso de arcilla, mezcalina fría y sucia la vajilla

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