domingo, 29 de julio de 2012

Una sombra inquebrantable

Una sombra inquebrantable soy, un depósito de sueños fugitivos y dueño de un destino vestido de manera austera, palabras en forma de andén, acento corrosivo y un pichón que come del suelo como si fuese la palma de Dios, imaginario hijo de puta. Se ha muerto la venganza en vida, la alegría y el dolor, la pena y una sonrisa, el andén está vacío pero las palabras no, cegado por los poetas de antaño, obligado a no rimar, solo en el puerto sin mucho que hacer, vivir y si la estación lo deja, tal vez amar.

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