martes, 7 de diciembre de 2010

Mantarrayas y viudas verdes...

Es muy probable que los sueños nos posean y ese gran trapecio que se avecina, a los ojos de vidrio azul, en donde el pelo tome contenedores con árboles inclinados, en el caeremos, y sobre el brinco majestuosamente, para deportar los amargos y salivosos espermios del cuerpo minotaurico, hacia el semi-suelo, gigantes obeliscos oblicuos en dirección al centro de ningún cielo ni siquiera sobre la tierra y esfinges sin meridianos, para poder correr libre por el helio sin la premura de una simbiosis de mantarrayas y viudas verdes, si todo esto complaciese a los motores del casco virtuoso del próximo pendón lleno de calendarios sin habitar , vivir no seria una preocupación.

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