miércoles, 24 de noviembre de 2010

Fachada de una casa de agua...

mientras todos miran por las ventanas puertas, yo veo que la fijación con mi cerebro es solo una pequeña inclinación del universo, en donde el despegarme de ello es tan lejano como aquellos que suben uno a uno las cuatro ruedas del volantín morado y la escarchada fachada de una casa de agua, destempla mis pensamientos como anteojos sin aumento y no me deja ver la diminuta partícula llamada, libertad.

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