lunes, 4 de febrero de 2013

agua que no haz de beber, te la han de vender

Me pinte los ojos mirando los tendederos del sastre, se me cayo la mirada pero me devolví , volví y partí desde el final, me ensombrecí el alma y los sonidos del plan me aullaron como remolino de carne viva, me fui riendo como payaso, la madre de mis gatos no llega nunca a mi cama, así que me devolví, volví y partí desde el final, me ensombrecí los cuarzos y vi todo tan claro, evite las muchedumbres pero nunca me vi solo, siempre mal acompañado. Obligamos al futuro a hablarnos de progreso, y solo escuchamos la estática de la radio en medio del pasto sintético del cerro más pequeño de la casa de muñecas. Una lluvia de antenas nos apuñaló los sueños y nos apago los canales, ahora corre agua turbia con guitarra en mano para decirte que te mueras y dejes de llorar, pues agua que no haz de beber, te la han de vender.

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