lunes, 1 de agosto de 2011

Como una cintura de cascabel...

Cuando veo la palabra desde un parido placer, me escucho lento como aquellas vez, miserable como ayer, implacable, arrebatado y voraz como una cintura de cascabel, odiosa es la franja de la espera, más no me abstengo a morder tus mariposas, que recuerdo que vuelan, como un torniquete facial, de antropología ancestral, que dice; la cosas llegan a su debido tiempo, las promesas con uno mismo se cumplen, ¿y los besos? los besos siempre están.

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