sábado, 30 de octubre de 2010

La lluvia de cabeza...

tus ojos, caudales de frío lento, que atraviesan mis escaras aunque no te huela, y cuando te muerdo suave, suave como aquella tarde hace exactamente 12 años, de un verde de verdad, bello como tus ojos de verdad, llenos de aquella tarde , en tu montecito verde lleno de tardes y ojos de verdad, que resbalan hacia tu cintura evidente llena de improperios y palabras vulgares que implosionan en colores elefantescos y dibujos de animales enamorados del papel friccionado, deja que la tinta chorree por los bosques donde la lluvia de cabeza escribe tu nombre, en medio del ombligo de mi corazón.

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